jueves, 10 de diciembre de 2009

LA ESPERANZA EN TUS OJOS, EL ADVIENTO EN TU AMARGURA









Magistralmente vestida, con la belleza sublime de la Madre que en su Amargura deja un resquicio para la esperanza, para sentir la esperanza y para ofrecerla a los fieles que se acercan hasta Ella. Época hermosa la del adviento en la que la Reina del Cielo invita a caminar hacia un horizonte, hacia un cielo tan azul como su manto de sencillo brocado, combinado con el blanco de su pureza en saya y bocamangas y con el bordado y fajín dorado, como el sol que reluce y que nacerá en Belén para alumbrar la senda de los peregrinos que hasta él se acerquen.

¿El tocado? Qué decir, amigo vestidor, un poema a la sencillez y al buen hacer que con un papel de raso y la tinta de tus manos ha sabido escribir tablas espigadas en su pecho y enmarcar su rostro con el leve y discreto pellizco que suavice el rostro de esta madre que ahora más que nunca nos ofrece su dulzura.

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