martes, 16 de diciembre de 2008

CALENTANDO MOTORES: UN VILLANCICO PRECIOSO

Me decía mi viejo profesor de literatura, Sergio Fernández: "Antonio, majo, un buen villancico (refiriéndose a la composición poética) tiene que hacer referencia a la pasión, y ver Belén como un anticipo de la Redención de Cristo en la cruz". Siempre me quedó grabado y creo que ahora valoro los villancicos en la medida en que se ajustan a esa máxima que aprendí de un hombre que era poesía pura, al que admiré con locura, y del que conservo su poemario como uno de los mayores regalos que me ha dado la vida.
Nada tiene que ver con Don Sergio este villancio, pero parece que quien lo escribió lo había escuchado. Lo canta el grupo Raya Real (y también el Coro de jóvenes del Convento de Herencia con gran maestría, por supuesto), pero ha pasado a formar parte de la tradición flamenco-navideña andaluza. ¡Qué bonito es!



LETRA

Envidia tiene la fuente de color

de su carita divina,

de su carita divina.

Y yo estoy viendo en la frente de mi Dios

una corona de espina.

Que dolor; que dolor

una corona de espinas.


Pastores de la laguna,

ponerse tos a llorar

que el niño que está en la cuna

en una cruz morirá,

que el niño que está en la cuna

en una cruz morirá.


Envidia tiene la fuente de color...


La noche de nochebuena,

ponerse tos a cantar

que esa carita morena,

sonrie por no llorar.

Que esa carita morena,

sonrie por no llorar.


Envidia tiene la fuente de color...

María, dale cobijo

y cúbrelo con tu manto,

pa´que no vea tu Hijo

la tarde del Viernes Santo,

pa´que no vea tu Hijo

la tarde del Viernes Santo.

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