sábado, 31 de mayo de 2008

31 DE MAYO: LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN


Cerramos hoy el mes de mayo con la hermosa corona de la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel. Cofrades todos que este mes nos hemos puesto a los pies de la Virgen dejando nuestros besos y oraciones, podemos acabar el mes reflexionando sobre lo que es una vida en Cristo, una vida que se pone al servicio de los demás empezando por los que tenemos más cerca de nosotros, así pues, miremos hoy a María puesta al servicio de los necesitados, de su prima Isabel, anciana y encinta, curioso como las cosas de Dios, pero que dio a luz al precursor de Cristo, a Juan el Bautista. Hay quien ha visto en ese viaje a lomos de un borriquillo la primera procesión del Corpus, María como custodia que guarda en su vientre el cuerpo de Cristo.
Aquí dejo el Evangelio que recoge el pasaje de la fiesta que hoy celebramos.

"En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
María permanceció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa."

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